Coerción y extorsión sexual en línea: una amenaza creciente contra menores

Recomendamos abandonar el uso del término “sextorsión”, ya que no transmite con precisión la gravedad de los delitos asociados, especialmente cuando involucran a menores de edad. En su lugar, se debe emplear el concepto más exacto y contundente: “coerción y extorsión sexual de menores en línea”, el cual evidencia el abuso, la explotación y las devastadoras consecuencias para las víctimas.
Un fenómeno delictivo propio de la era digital
La coerción y extorsión sexual en línea se ha convertido en uno de los delitos emergentes más preocupantes de la era digital. Esta práctica afecta tanto a adultos como a menores, facilitada por la masificación del acceso a internet, la expansión de las redes sociales y la disponibilidad de dispositivos móviles. Los menores, sin embargo, constituyen un grupo especialmente vulnerable.
Motivaciones de los agresores: del deseo sexual al beneficio económico
En los casos que involucran a menores, se han identificado principalmente dos tipos de motivaciones entre los adultos que perpetran estos delitos:
-
Interés sexual en menores: el objetivo suele ser la obtención de imágenes o videos sexualmente explícitos, o bien un encuentro físico posterior.
-
Interés económico: la finalidad es extorsionar a la víctima para obtener dinero u otras compensaciones materiales.
-
En algunos casos, ambas motivaciones se combinan.
La vergüenza o el desconocimiento del delito que enfrentan suele llevar a las víctimas a guardar silencio, evitando denunciar o buscar ayuda.
Otras motivaciones y el rol de los pares
En ciertos casos, la motivación del agresor puede responder a factores como la malicia, el deseo de atención, popularidad o validación social. Aquí, el agresor también puede ser un menor, quien muchas veces no comprende la ilegalidad ni el impacto de sus actos.
En este contexto, el sexting —el envío de contenido sexual autogenerado— se ha naturalizado entre adolescentes como una forma de coqueteo o experimentación, lo que complica aún más la identificación del abuso.
El complejo fenómeno del SGSEM entre pares
El contenido sexual generado por menores (SGSEM) puede producirse de manera voluntaria o bajo coacción. Algunos escenarios frecuentes incluyen:
-
Creación de imágenes a petición de otro menor.
-
Envío de material no solicitado.
-
Presión para enviar más contenido basado en imágenes previas.
-
Redistribución sin consentimiento, incluyendo su publicación en redes sociales o blogs.
Este tipo de dinámicas genera confusión: muchos menores no identifican estas situaciones como problemáticas y, en consecuencia, no toman medidas preventivas. Es urgente avanzar en educación digital y afectiva, para que los jóvenes comprendan la diferencia entre una interacción sana y una potencialmente delictiva.
Factores de vulnerabilidad entre las víctimas
Diversos factores incrementan el riesgo de que un menor sea víctima de coerción y extorsión sexual en línea:
-
Falta de control o supervisión parental.
-
Escasa formación en seguridad digital (uso de contraseñas, manejo de enlaces sospechosos, etc.).
-
Alta exposición en redes sociales y tiempo prolongado en línea.
-
Propensión a aceptar solicitudes de extraños.
-
Conductas que normalizan la sexualización de las interacciones digitales.
-
Necesidad de afecto, validación o atención que puede ser explotada por terceros.
Conclusión
La lucha contra la coerción y extorsión sexual de menores en línea requiere un enfoque integral que combine la legislación, la acción policial especializada, la cooperación internacional, y sobre todo, una labor educativa dirigida a padres, educadores y jóvenes. Llamar a las cosas por su nombre es el primer paso para enfrentar esta grave amenaza.